martes, 3 de junio de 2014

¿Macondo existe?
Por Sadyth Macías Ordoñez

Macondo es algo más que un pueblo producto de la imaginación de un genio. Macondo es la Arcadia clásica, es ese místico lugar para perderse y esperar a que el tiempo nos gane la batalla. Macondo no es bonita, ni grande, ni si quiera ofrece seguridad, pero es ese lugar donde todos queremos ir, aunque no sepamos de su existencia.

La procedencia del nombre de Macondo es incierta y Márquez nunca ha querido descifrar realmente su origen. Se barajan algunas tesis, la más importante afirma que Macondo sería la hacienda bananera del pueblo natal del escritor, cerca de la ciudad de Sevilla (Colombia). 

Otras teorías sostienen que Macondo es un fitónimo de la lengua bantú que se refiere al plátano. Por último, Macondo también era una especie de juego de azar, parecido al bingo, que se practicaba en las fiestas de las regiones cercanas

Macondo es un lugar melancólico, el tiempo parece no pasar por él, la costumbre recorre sus calles y el polvo adorna sus balcones. Sus habitantes, los Buendía, son incapaces de liberarse de la soledad, que es innata a ellos. La soledad será el eje central de la novela, pues no abandonará a ninguno de sus protagonistas durante la trama. Será esta soledad la que marcará los tiempos y las acciones de la obra, pues tras esta, se ocultan las pasiones de los Buendía, sus miedos, angustias ante el paso del tiempo, los recelos provocados por sus prejuicios, el desamor, la traición, la injusticia, la locura, el suicidio y finalmente la muerte.


Por Macondo pasan las siete generaciones de los Buendía, pero será el coronel Aureliano, primera persona que nace en Macondo, el que ocupe un mayor protagonismo en el desarrollo de la aldea y sus gentes.

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