¿Macondo
existe?
Por Sadyth Macías Ordoñez
Macondo es
algo más que un pueblo producto de la imaginación de un genio. Macondo es la
Arcadia clásica, es ese místico lugar para perderse y esperar a que el tiempo
nos gane la batalla. Macondo no es bonita, ni grande, ni si quiera ofrece
seguridad, pero es ese lugar donde todos queremos ir, aunque no sepamos de su
existencia.
La procedencia del nombre de Macondo es incierta y Márquez
nunca ha querido descifrar realmente su origen. Se barajan algunas tesis, la
más importante afirma que Macondo sería la hacienda bananera del pueblo natal del escritor, cerca de la
ciudad de Sevilla (Colombia).
Otras teorías sostienen que Macondo es un
fitónimo de la lengua bantú que se refiere al plátano. Por último, Macondo
también era una especie de juego de azar, parecido al bingo, que se
practicaba en las fiestas de las regiones cercanas
Macondo
es un lugar melancólico, el tiempo parece no pasar por él, la costumbre recorre
sus calles y el polvo adorna sus balcones. Sus habitantes, los Buendía, son
incapaces de liberarse de la soledad, que es
innata a ellos. La soledad será el eje central de la novela, pues no abandonará
a ninguno de sus protagonistas durante la trama. Será esta soledad la que
marcará los tiempos y las acciones de la obra, pues tras esta, se ocultan las pasiones de
los Buendía, sus miedos, angustias ante el paso del tiempo, los recelos
provocados por sus prejuicios, el desamor, la traición, la injusticia, la
locura, el suicidio y finalmente la muerte.
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