lunes, 25 de agosto de 2014

Un día lleno de arte
Por Sadyth Macías Ordoñez
El viernes 22 de Agosto del 2014, la Unidad Educativa Federico Froebel con la ayuda de la casa de la cultura de la ciudad de Babahoyo, logró realizar el II encuentro poético y didáctico de Jóvenes talentosos, aprovechando “Agosto mes de las artes” y celebrando los 70 años de creación de la casa de la cultura Ecuatoriana Nacional. Con el propósito de promover el arte, ya sea en la música, teatro, pintura, danza, cuentos, poesía, entre otros.

Varias unidades educativas se dieron cita en la casa de la cultura, como la Unidad Educativa Eugenio Espejo, La unidad Educativa Clemente Baquerizo, y por supuesto La unidad Educativa Federico Froebel.

Al llegar a la casa de la cultura, eran las 09:10 de la mañana, en los asientos ya estaban los representantes de cada unidad y en la mesa directiva estaban el poeta José Enrique Zúñiga, el presidente de la casa de la cultura Julio León Bazán y el profesor Eric Escalante.

De repente el programa inició, la apertura la realizó la licenciada Maricela Osorio, presentó a los señores de la mesa directiva y la primera persona en exponer su arte fue Bryan Gamarra de la unidad educativa Eugenio Espejo, expuso un cuento muy bonito y un poema que se titulaba “Yo”. Fue muy interesante ver a Bryan como se expresaba, su manera de hablar era pausada y muy entendible.

El siguiente en ser llamado fue Joel, representante de la unidad educativa Clemente Baquerizo, quien presentó su cuento muy sugestivo y muy bueno el modo de redactar por cierto.

Luego salieron Luis Bedoya, Edison Rengifo y Estefany Azanza, estudiantes de la Unidad Educativa Federico Froebel quienes desplegaron cuentos del género ciencia ficción, el cuento de Luis Bedoya no lo pude entender ya que hablaba muy rápido y no pronunciaba bien las palabras, Estefany Azanza nos mostró un cuento llamativo, bien redactado, y finalmente Edison Rengifo expuso su cuento “Pontrosópolis”, el cual fue excelentemente bien redactado, su manera de redactar llamaba la atención de los expectantes, se puede decir que ese cuento fue uno de los mejores cuentos expuestos.

Después las siguientes personas llamadas fueron Karla Barrionuevo, John Azanza con su cuento “El infierno” y Emily Becilla con su cuento “La rosa negra” del género cuentos policiales, no me llamó la atención ninguno de los tres cuentos, todos trataban casi de lo mismo, incluye sangre, decapitación, venta de órganos, apuñaladas, entre otras.

Los siguientes en participar fueron Samantha Pereira con Heidy Burgos con su cuento “Aunque no me escuchen” y Freddy Velasco con Miguel Camposano con su cuento “Las rosas negras”, ambos cuentos fueron muy bien compuestos, llamativos y reflexivos.

Luego la unidad educativa Eugenio Espejo expuso poemas, que fueron admirables, llamativos y bien estructurados, incluso puedo decir que la unidad educativa Eugenio Espejo estuvo muy bien representada.

Prontamente los alumnos del 3ro Bachillerato: Érika Angamarca, Nicole Bajaña y Génesis Montoya, mostraron poemas de su autoría, los cuales no me llamaron mucho la atención.
Luego se expresó ante el público el poeta José Enrique Zúñiga, el cual nos estaba relatando algunas anécdotas, hablando acerca del arte que influye mucho en los jóvenes, entre otras.

Inmediatamente estuvo el baile de Vanelly Dumani, Ericka Angamarca y Andrea de la Cruz con el tema “Dangerous” de Michael Jackson, cuyo baile fue muy pulcro a mí me encanto, estaban bien cuadradas con la música y les salió muy bien.

Más tarde salieron a cantar los alumnos: Cinthya Cabezas, Ignacio Toaza y Nicole Bajaña, cantaron la canción “Yo nací aquí”. Cantaron bien, se desafinaron un poco pero paso desapercibido.

Los siguientes en cantar fueron Xiomara Avilez, Daniela Lamán, Sasha Cevallos, Samantha Pereira e Ignacio Toaza, quienes cantaron “When I look at you” de Miley Cyrus. Estuvieron mejores que el grupo de cantantes anteriores, ya que ellos se olvidaron la letra y éste grupo no lo hizo, además de eso tuvieron la dificultad extra que es cantar en inglés.

Finalmente los alumnos de 1ro B.G.U. presentaron su obra de teatro denominada “Luto eterno” la cual fue la cereza del pastel, fue simplemente excelente, la puesta en escena de Karen Martínez fue muy buena, ya que se desenvolvió muy bien, en pocas palabras fue la que sobresalió en el grupo.

 


 Licenciada Maricela Osorio realizando la apertura del programa














Momentos en los que el estudiante Bryan Gamarra, de la unidad educativa Eugenio Espejo relataba su cuento.






Alumna del 2do B.G.U. Heidy Burgos expone su cuento “Aunque no me escuchen”









Estudiante de la Unidad Educativa Eugenio Espejo es felicitada por el poeta José Enrique Zúñiga por su excelente poema









Miembro de la mesa directiva nos comenta de varías anécdotas y la importancia del arte en los jóvenes.







Estudiantes del 1ro B.G.U. se retiraron para alistar su obra teatral.




Carteles Expuestos por los estudiantes del 2 do B.G.U.

lunes, 4 de agosto de 2014

El bautizo de la sangre
Por: Sadyth Macías Ordoñez

Las cruces sobre el agua es una obra escrita por el guayaquileño Joaquín Gallegos Lara, publicada en 1946, se centra en los hechos del 15 de noviembre de 1922, cuando la brutal represión de la fuerza pública en las calles céntricas de Guayaquil dejó muchísimos trabajadores muertos y heridos.

Es una novela de contenido democrático, patriótico. Se refleja en sus personajes el contenido heroico del proletariado del 15 de Noviembre de 1922. De sus protagonistas y mártires.

En sus páginas se cita a personalidades históricas como Miguel  Alburquerque, figura centroamericana que organizó a los trabajadores de Guayaquil para luchar por la revolución liberal que triunfara en 1895 con el general Eloy Alfaro a la cabeza.

Entre los rebeldes sacrificados el 15 de Noviembre de 1922 sobresalen los obreros del pan, los panaderos, a quienes dedicara Gallegos Lara su novela.

El personaje principal de las Cruces sobre el agua es Alfredo Baldeón. Es importante destacar que en la novela es una figura literaria. Gallegos Lara presenta a Alfredo Baldeón hasta en las guerrillas de Concha, luchando en Esmeraldas, empuñando el fusil junto a los revolucionarios que se lanzan a la batalla por reivindicar la muerte del general Eloy Alfaro.

Alfredo Baldeón en la novela es un personaje de ficción. Pero como todos sabemos, Baldeón es una figura histórica, existió realmente en las luchas obreras del 15 de Noviembre. Y Joaquín Gallegos Lara le rindió homenaje en su obra.

La novela describe el recorrido vital de dos guayaquileños: Alfredo Baldeón y Alonso Cortés. El primero es hijo de Juan y de Victoria. Vive en una casa paupérrima del barrio del astillero de Guayaquil. A corta edad se enrola en el ejército para luchar en Esmeraldas. Allí, además de aventuras militares, tiene sus primeras aventuras amorosas. Después de un año decide regresar a Guayaquil.

En esa ciudad trabajará duramente tanto en un taller como en una panadería. Se enamora de Leonor, una chica que vende cigarrillos en la calle. Tras un corto viaje al Perú en compañía de su tío, decide regresar a Guayaquil, donde se casa con Leonor. Los malos tratos que sufre en su trabajo y las continuas rebajas de las pagas, hacen que renuncie a la panadería y decida instalarse por su cuenta.

Se dedica a fabricar pan con un compañero que tiene un horno, y a venderlo en el centro de la ciudad. Alfredo, Leonor y su madre viven en una casucha junto al basurero municipal. Otro personaje principal es Alonso Cortés que pertenece a la clase media baja y es desde pequeño íntimo amigo de Alfredo Baldeón. Intelectual por inclinación, intenta continuar sus estudios en la escuela.

Vicente Rocafuerte, pero la difícil situación económica por la que atraviesa su familia se lo impide, y comienza a trabajar como tinterillo. Posee habilidades musicales. Se enamora de varias chicas, pero el amor de su vida es Violeta, la vecina de arriba de su casa.

En 1922 la situación social en Ecuador está a punto de estallar. Los sindicatos de obreros de Guayaquil deciden ir, uno tras otro, a la huelga. Alfredo encabeza la lucha de los panaderos. El 15 de noviembre salen a la calle a manifestar su protesta contra la carestía de alimentos, la subida del dólar y los sueldos de hambre.

El gobierno decide reprimir las manifestaciones, y el ejército comienza a disparar sobre la multitud de obreros, mujeres y niños. En la refriega, tras combatir heroicamente, muere Alfredo Baldeón. Ese mismo día, su mujer, Leonor, muere al dar a luz a un niño muerto. Por otro lado, Alonso Cortés, que simpatizaba con las reivindicaciones de los obreros, no se lanza a la calle por los ruegos que le hace su familia, aunque al enterarse de la desaparición de Alfredo va inmediatamente a buscarlo.

Una vez que se calma la situación, Alonso decide romper su noviazgo con Violeta, pues considera que esa joven carece de sensibilidad social. Tras un largo viaje en compañía de su madre, regresa a Guayaquil, ciudad que ve transformada por la riqueza que manifiestan los edificios del centro de la ciudad, y por el continuo agrandarse de los suburbios de obreros.



Al ver unas cruces sobre el agua del río Guayas, pregunta qué significado tienen; un negro estibador le explica que se colocan allí todos los 15 de noviembre, en recuerdo de los muertos que los militares echaron al río después de la cruenta represión anti-obrera. Esta novela se ambienta en la ciudad de Guayaquil a principios del siglo.